Exfoliantes y mascarillas
Un tratamiento completo de la piel debe incluir una exfoliación periódica para asegurar una correcta eliminación de las células muertas y la aplicación de una mascarilla que aporte un tratamiento profundo a la piel. Por un lado, los exfoliantes son productos que tienen la capacidad de liberar a la piel de esas células que han finalizado su ciclo vital y que, al no desprenderse de forma natural, dificultan las funciones básicas de nuestra piel así como la absorción de los activos que aplicamos posteriormente. Por otro lado, las mascarillas son productos que tienen la capacidad de aportar activos que permiten realizar un tratamiento intensivo además de aportar un momento de relajación en casa. Aplicadas tras la exfoliación, sus activos pueden penetrar de forma más efectiva hidratando y calmando la piel. La frecuencia de uso de estos productos está ligada al tipo de piel, pero por lo general con 1 vez a la semana suele ser suficiente. Empieza exfoliando la piel limpia masajeando el producto e insistiendo en las zonas donde suelen acumularse las células muertas (nariz, barbilla y zona frontal). Finalmente, retira el producto con abundante agua y aplica la mascarilla con la ayuda de un pincel. Déjala 10-15 minutos y finaliza con tu hidratante habitual.
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